L’Arpeggiata luce su atractivo barroco

Si por algo se caracterizan los espectáculos de Christina Pluhar, la legendaria laudista, arpista y compositora asutríaca, es por su visión, desprejuiciada y no obstante rigurosa del repertorio y la interpretación. En el auditorio Príncipe Felipe de la capital ovetense, a manos de uno de los grupos más laureados de los últimos años como lo es “L’Arpeggiata”, se ejecutó el programa “Los pájaros perdidos”, fruto de un trabajo discográfico donde se propone un diálogo entre piezas de la tradición oral hispanoamericana y mediterránea. ¿El resultado? Un público, que en buena medida ocupaba la sala sinfónica del auditorio ovetense, entregado por completo a esa doble lectura de ritmos barrocos e instrumentos historicistas con una visión actualizada que siempre actúa como un atractivo reclamo para la gente más joven.

En efecto, la segunda cita de esta vigésimo quinta temporada del ciclo “Conciertos del Auditorio”, organizado por la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo, mantuvo en vilo a los asistentes durante la hora y media que duró el espectáculo, en un ambiente distendido propiciado por los ritmos bailables y la diversión que emanaba de la docena de protagonistas sobre el escenario, que pronto se contagió entre los asistentes.

A la instrumentación más escolástica –dentro de un ensemble donde no faltaron la tiorba, la guitarra barroca o el cornetto– se unieron el cuatro venezolano o las maracas para fundirse en una veintena de piezas donde figuraban títulos como “La llorona” o “Yo soy la locura”, bien flanqueadas por un sinfín de bajos y ritmos de una y otra orilla del Atlántico.

Céline Scheen (soprano), Luciana Mancini (mezzosoprano) y Vincenzo Capezzuto (alto) pusieron voz a varias obras demostrando una gran complicidad con el público y unas cualidades vocales que, pese a la amplificación, se prestaban al espectáculo a las mil maravillas. Para redondear todavía más la velada musical, la bailarina Anna Dego se encargó de teatralizar el concierto, un hecho que convenció al público por su expresividad y que se prestó a los ritmos bailables ejecutados con precisión y delicadeza por “L’Arperggiata”.

Con algunos asistentes en pie y ante los numerosos aplausos que tributó el público ovetense, los músicos ofrecieron “Pizzica rap” a modo de propina y como cierre a lo que fue una gran noche muscial.

fuente: La Nueva España